Este texto es un artículo de opinión que critica el concepto de fascismo y nos explica lo que es el actual término de ''fascismo de la posesión inmediata''.
Este texto pertenece a un artículo de ''El País'', un periódico con tendencias a izquierdas, publicado el 14 de febrero de 2006.
Fue escrito por Rafael Argullol, de Barcelona nacido en 1949, que estudió filosofía, economía y ciencias de la información en la
Universidad de la capital de Cataluña.
Dividiendo el texto en tres partes, los dos primeros párrafos explican un poco el significado histórico de la palabra fascismo y el significado actual de la palabra, que es totalmente distinto y equivocado. Establece una gran diferencia entre la España de Franco, por ejemplo, y las ideologías y hechos a los que se relaciona actualmente esa palabra. También critica su uso excesivo y sin criterio mal aprendido por la población.
A partir de este segundo párrafo, comienza a dar identidad a los nuevos representantes de este movimiento actual erróneamente llamado fascismo: los adolescentes. Los define como egocéntricos, codiciosos, vagos e in-cívicos. Demuestran estas cualidades con su consumismo generalizado, si cultura del mínimo esfuerzo y con el acoso escolar, por ejemplo. Solo tratan de obtener la felicidad con la máxima rapidez posible y el mínimo esfuerzo necesario.
El capitalismo es presentado en la sociedad como algo beneficioso y útil para alcanzar y satisfacer unas necesidades y un nivel de vida que en realidad nos imponen sutilmente, nos quitan la libertad de elección y nos convencen para que nos creamos que en realidad somos dueños de nuestros actos y libertades. Esto nos crea ese consumismo de no conformarse, de querer siempre más de lo que se tiene.
Nos presenta, por último, la sociedad como un conjunto deshumanizado, que carece totalmente de empatía, principalmente. Solo nos importa nuestra propia vida y nuestro porvenir. Ni pizca de aprecio por lo que les pueda pasar a nuestros seres queridos, o las personas de nuestro alrededor, y mucho menos del resto de la sociedad que nada tiene que ver con nosotros.
Por último nos presenta la educación, la respuesta y solución que se plantea a este consumismo y falta de empatía.